La estampación en frío es la principal técnica utilizada para fabricar tornillos, pernos y fijaciones en general y su amplio empleo se explica por las numerosas ventajas que presenta con relación a los procesos tradicionales.
Muchas piezas estampadas en frío se producen sin virutas y, cuando no es posible evitarlas, sus porcentajes son muy reducidos con relación al material trabajado.
Otro elemento interesante es el alto rendimiento productivo: utilizando máquinas modernas es habitual alcanzar producciones horarias muy elevadas.
Las piezas, incluso con formas complejas, se pueden fabricar sin requerir costosos trabajos de remecanizado, con acabados superficiales que, si se realizan con esmero durante el mecanizado, pueden compararse a los que se obtienen con trabajos de rectificación.
Además, la alta calidad de las máquinas empleadas permite obtener lotes de piezas de tamaño homogéneo, gracias también a la alta resistencia al desgaste de los materiales utilizados para fabricar los equipos.
La estampación en frío, que requiere la lubricación con aceites diversamente “cargados”, se efectúa combinando una serie de operaciones de deformación mediante las cuales se obtiene una pieza acabada partiendo de un simple hilo metálico.