Además de usarse como técnica de marcado, incisión y soldadura, a menudo el láser se utiliza para cortar materiales según tres principios: por vaporización, por fusión o por combustión.
En los tres casos, el proceso de corte se inicia y se mantiene activado gracias a la energía que el rayo láser puede concentrar en un punto muy pequeño. Según el tipo de láser, el tipo de material y las potencias que intervienen puede predominar uno u otro mecanismo.
Durante el corte por láser se desarrollan humos que, al enfriarse, generan polvo muy fino con un tamaño inferior a 1 micra, que requiere una velocidad de filtración muy baja.