La deformación plástica de los metales y, en concreto, la estampación en caliente de latón es un proceso consolidado que ha reemplazado, cuando ello ha sido posible, a los clásicos procesos de fundición, que han quedado obsoletos debido a los menores costes de aplicación de esta eficaz tecnología.
En la mayoría de casos, la estampación en caliente supera en creces a la fusión por ofrecer un mayor rendimiento cualitativo, una mayor velocidad de mecanizado y una mejor recuperación de virutas y fiabilidad del proceso así como unos menores costes de producción.
La estampación en caliente de latón se efectúa en prensas de acción vertical en las cuales la pieza que se debe deformar entra caliente en el molde (a una temperatura de 700 °C o más) que, debido precisamente a estas temperaturas tan altas, debe lubricarse con aceite y grafito.
Las características mecánicas de las piezas de latón estampadas en caliente facilitan el uso en numerosos sectores: hidráulico y termosanitario, manijas, grifos, racores y válvulas, componentes para aceite y aire, automatismos mecánicos, etc.